Deja de intentar controlarlo todo: Una guía estoica para encontrar la paz en el caos moderno
Applying the Stoic practice of the "Dichotomy of Control" to manage modern stress and improve decision-making.

Deja de intentar controlarlo todo: Una guía estoica para encontrar la paz en el caos moderno

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Son las 3:00 AM. Estás mirando al techo.

Tu mente repasa una serie de posibles desastres a toda velocidad.

Tal vez es un proyecto en el trabajo que no va del todo bien. Tal vez es un mensaje de texto que alguien aún no ha respondido.

O tal vez es el estado de la economía global, el tráfico que enfrentarás mañana o la opinión de un extraño en internet.

Todos hemos pasado por eso.

Vivimos en una era de sobrecarga de información. Como sabemos todo lo que sucede, sentimos una presión subconsciente de controlar todo lo que sucede.

Pero aquí está la dura verdad.

La mayor parte del estrés que sientes no proviene del caos en sí.

Proviene de tu desesperado intento de domarlo.

Nos agotamos tratando de doblegar al mundo a nuestra voluntad. Tratamos de guionizar el futuro. Tratamos de microgestionar las percepciones de los demás.

Es una batalla perdida.

Pero hay una mejor manera. Es un antiguo sistema operativo para la mente que es más relevante hoy que nunca.

Se llama Estoicismo.

Y comienza aprendiendo el arte de dejar ir.

La ilusión del asiento del conductor

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Nos gusta pensar que somos los pilotos de nuestras vidas.

Hasta cierto punto, lo somos. Dirigimos nuestras elecciones, nuestros valores y nuestras acciones.

Pero en algún momento, confundimos ser el piloto con ser el controlador del clima.

Pensamos que si nos preocupamos lo suficiente, podemos evitar la lluvia.

El bucle de la ansiedad

Cuando intentamos controlar cosas que son inherentemente incontrolables, entramos en el Bucle de la Ansiedad.

Primero, identificamos una variable (como lo que nuestro jefe piensa de nosotros).

Luego, nos damos cuenta de que no podemos forzar un resultado.

Entonces, en lugar de aceptar eso, redoblamos la apuesta. Sobreanalizamos. Rumiamos. Nos estresamos.

Esto no cambia el resultado.

Solo nos roba nuestra energía en el momento presente.

El costo de aferrarse

El costo de esta tendencia controladora es alto.

Lleva al agotamiento. Daña las relaciones porque a la gente no le gusta ser gestionada.

Lo más importante, destruye nuestra paz mental.

No puedes tener paz mientras estás en guerra con la realidad.

La regla de oro estoica: La dicotomía del control

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Hace dos mil años, un antiguo esclavo convertido en filósofo llamado Epicteto sentó las bases de la paz estoica.

La llamó la "Dicotomía del Control".

Es engañosamente simple.

Epicteto dijo: "Algunas cosas dependen de nosotros, y otras no dependen de nosotros".

Eso es todo. Ese es todo el secreto.

Pero desglosemos lo que eso significa realmente para nosotros en el siglo XXI.

Lo que depende de nosotros (Lo interno)

Según los estoicos, la lista de cosas que controlamos es en realidad muy corta.

Controlamos nuestros juicios.

Controlamos nuestras intenciones.

Controlamos nuestro esfuerzo.

Controlamos nuestro propio carácter y cómo elegimos reaccionar ante una situación.

Esta es tu fortaleza. Aquí es donde tienes total agencia.

Lo que no depende de nosotros (Lo externo)

Aquí está la lista de cosas sobre las que no tenemos control total.

Nuestros cuerpos (podemos enfermarnos a pesar de tener hábitos saludables).

Nuestras propiedades (pueden ser robadas o destruidas).

Nuestra reputación (la gente puede malinterpretarnos).

El pasado. El futuro. La economía. El clima. El tráfico.

Y crucial para recordar: Otras personas.

Cuando intentamos arrastrar elementos de la segunda lista a la primera, sufrimos.

Todas y cada una de las veces.

Aplicando la sabiduría antigua al caos moderno

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La filosofía es inútil si son solo palabras en una página.

Necesitamos aplicar esto a la cruda y molesta realidad de la vida moderna.

Veamos tres escenarios comunes donde nuestros problemas de control estallan, y cómo un cambio estoico puede traer paz.

Escenario 1: El embotellamiento

Llegas tarde a una reunión. El tráfico se detiene por completo.

La mentalidad de control: Aprietas el volante. Maldices a los otros conductores. Cambias de carril. Visualizas que te despiden. Llegas sudoroso, enojado y sonrojado.

La mentalidad estoica: Te das cuenta de que no puedes despejar el camino. Eso "no depende de ti".

¿Qué depende de ti?

Puedes llamar con anticipación para decir que llegarás tarde.

Puedes usar el tiempo para escuchar un podcast o respirar.

Puedes aceptar que estás donde estás.

El tráfico es el mismo en ambos escenarios. Pero en el segundo, no has envenenado tu propia sangre con cortisol.

Escenario 2: La validación en redes sociales

Publicas una foto o un artículo. Revisas tu teléfono cinco minutos después.

Sin "me gusta". O peor, un comentario negativo.

La mentalidad de control: Entras en espiral. Borras la publicación. Discutes con el extraño en los comentarios. Dejas que te arruine la cena.

La mentalidad estoica: Te das cuenta de que tu esfuerzo al crear la publicación dependía de ti.

Cómo la reciba la gente no depende de ti.

No puedes controlar el algoritmo ni el estado de ánimo de un extraño.

Desvinculas tu autoestima de la métrica. Dejas el teléfono.

Escenario 3: La paradoja del arquero

A los estoicos les encantaba la analogía del arquero.

Un arquero puede elegir el mejor arco. Puede mantener la cuerda. Puede entrenar durante años.

Puede apuntar con perfecta precisión.

Pero en el momento en que la flecha deja el arco, ya no depende de él.

Una ráfaga de viento podría soplar. El objetivo podría moverse.

Si el arquero vincula su felicidad solo a dar en el blanco, es frágil.

Si vincula su felicidad a disparar bien, es invencible.

En tu carrera, concéntrate en disparar bien. El resultado se cuidará solo.

Amor Fati: Aprendiendo a amar el caos

Una vez que dejas de intentar controlar todo, puedes dar el siguiente paso.

No se trata solo de "tolerar" el caos.

Se trata de abrazarlo.

Nietzsche, fuertemente influenciado por los estoicos, acuñó el término Amor Fati.

Se traduce como "Amor al destino".

El fuego que consume

Marco Aurelio, el emperador romano y filósofo estoico, escribió sobre esto maravillosamente.

Dijo que un fuego convierte todo lo que le arrojas en llama y brillo.

Si arrojas un pequeño obstáculo a un fuego pequeño, podría apagarlo.

Pero si tu fuego interior es fuerte, los obstáculos se convierten en combustible.

Convirtiendo los obstáculos en el camino

Cuando las cosas salen "mal", solemos entrar en pánico.

El estoico mira un desastre y pregunta: "¿Cómo puedo usar esto?".

¿No conseguiste el ascenso? Bien. Ahora tienes tiempo para desarrollar nuevas habilidades o buscar una empresa que te valore.

¿Vuelo cancelado? Bien. Tienes cinco horas para leer ese libro que has estado posponiendo.

No aceptamos pasivamente las cosas malas.

Las reutilizamos activamente.

Dejamos de gritarle a la lluvia y comenzamos a recolectar el agua.

Una guía de 3 pasos para dejar ir

¿Cómo practicamos esto realmente?

No podemos simplemente presionar un interruptor y convertirnos en un maestro Zen.

Requiere entrenamiento.

Aquí hay un proceso simple de tres pasos que uso cuando siento surgir el impulso de controlar.

Paso 1: La pausa

Cuando llega la ansiedad, detente.

Literalmente, congélate.

No envíes el mensaje. No toques la bocina. No envíes el correo electrónico enojado.

Cómprate 60 segundos de silencio.

Viktor Frankl dijo que entre el estímulo y la respuesta, hay un espacio. En ese espacio reside nuestra libertad.

Encuentra el espacio.

Paso 2: La prueba de los cubos

Visualiza dos cubos.

Cubo A: Depende de mí. Cubo B: No depende de mí.

Mira tu problema. Divídelo en pedazos.

Arroja las piezas en los cubos respectivos.

"Mi preparación para la presentación" va en el Cubo A.

"Si el cliente está de mal humor" va en el Cubo B.

Sé despiadado con este proceso de clasificación.

Paso 3: El pivote

Ahora, mira solo el Cubo A.

Vierte toda tu energía, toda tu pasión y todo tu enfoque en ese cubo.

Ignora el Cubo B.

Déjalo en paz. Hará lo que hace independientemente de tu preocupación.

Confía en que al maximizar el Cubo A, te estás dando la mejor oportunidad posible de un buen resultado.

¿Y si el resultado sigue siendo malo?

Sabes que hiciste tu parte. Puedes dormir tranquilo por la noche.

Encontrando paz en el ojo de la tormenta

Dejar ir el control da miedo.

Se siente como si nos estuviéramos rindiendo.

Pero en realidad es el acto supremo de poder.

Cuando dejas de intentar controlar el mundo, el mundo pierde su poder sobre ti.

Te vuelves inquebrantable.

Te das cuenta de que la paz no se encuentra en una vida perfectamente ordenada donde nada sale mal.

La paz se encuentra en la certeza de que pase lo que pase, puedes manejarlo.

Puedes manejar tu reacción. Puedes manejar tu carácter.

El resto es solo ruido.

Así que esta noche, si te encuentras mirando al techo de nuevo, recuerda al arquero.

Has disparado tu flecha por hoy.

Déjala volar.

Deja que el viento sople como quiera.

Descansa tranquilo sabiendo que lo único que verdaderamente posees es tu propia mente, y eso es suficiente.

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